viernes, 6 de junio de 2014

¡Feliz 30º aniversario Tetris!

Tal vez no seamos conscientes de ello pero la arquitectura nos define como sociedad y como pueblo, nos influye más de lo que creemos. Estar rodeado de bloques de hormigón, de colmenas rectangulares, de construcciones funcionales, moldea el carácter de las personas. Como seguramente moldeó el de un joven trabajador del Centro de Computación Dorodnicyn, Alexei Pajitnov, quién hoy hace 30 años publicó el mundialmente conocido Tetris.

Su nombre se debe a la combinación del prefijo numérico griego tetra, ya que todas las piezas tienen cuatro cubos, y tenis, que era el deporte favorito de Alexei. Fue programado en un Electronika 60, ordenador eminentemente soviético, y más tarde fue portado por Vadim Gerasimov a PC. A partir de ahí el juego creció en popularidad expandiéndose por todo Moscú, la infección ya se había producido.

Lo que ha sucedido con Tetris y su popularidad es por todos conocidos: éxito rotundo desde que salió junto con la Game Boy. Todos hemos jugado, sufrido y frustrado con su adictiva dificultad, pero una cosa ha quedado por encima de todas las cosas: su música. La popular melodía que todos recordamos cuando pensamos en el videojuego es una adaptación del prolífico compositor Hirokazu Tanaka de la canción popular rusa Korobeiniki. Se han hecho multitud de adaptaciones a todo tipo de géneros pero sin duda yo me quedo con esta versión orquestada, sublime.

Este videojuego vivió un inicio lleno de problemática legal que por suerte no influyó en su éxito, el cual se consolidó gracias a su sencillez. Algo por lo que abogaban los arquitectos rusos: funcionalidad y sencillez. Los mismos que llenaron las calles de Moscú de edificios rectos y altos, de bloques de hormigón que parecían gigantes piezas de Tetris. ¿Puede que sea de ahí de dónde viniese la inspiración de Alexei Pajitnov? Quien sabe. 

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