Un grupo de científicos alemanes,
estadounidenses e israelíes parecen haber dado con la clave para conseguir una
de las metas más ambiciosas de la humanidad: acabar con el hambre en el mundo.
Y ha sido gracias al estudio del genoma de un hongo filamentoso que se encuentra
en las profundidades del Mar Muerto y que es capaz de soportar el 34.2% de
salinidad, dando respuestas a cómo puede sobrevivir en este entorno y crecer en
ambientes de alta salinidad.
Eurotium
rubrum, que así se llama este hongo del Mar Muerto, es un pequeño rayo de
esperanza que puede suponer, tal como creen los científicos, un cambio en las
políticas agrarias e hidrográficas de las regiones más pobres y un primer paso
para acabar con el hambre en el mundo.
Gracias a este descubrimiento, podría aumentarse la
resistencia de plantas, verduras y frutas para que puedan ser regadas directamente con agua del mar,
terminando con algunos de los problemas más importantes de las regiones más
pobres: la desertificación de sus regiones, el aumento de la salinidad de sus
aguas dulces y la imposibilidad de realizar cultivos exitosos por la falta de
agua.
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