A todos nos gusta el
WiFi gratis, pero antes de conectarte felizmente a una red pública deberías
saber que pones en peligro tus datos cuando accedes a la web mediante
una conexión que no tiene ni el mínimo de seguridad.
Ya sea que te
conectes a una red abierta que no tiene password, o a la de un
establecimiento que te proporciona una contraseña como los hoteles,
restaurantes o aeropuertos, por mencionar algunos; tienes que tener en cuenta
que cualquier otra persona que se conecte a esa misma red puede lograr
acceder a tu información personal.
1.- Verifica el
nombre de la red
Es importante que al
conectarnos a una red, verifiquemos el nombre de la misma, si te consigues con
una red WiFi abierta que no
pide ningún tipo de autenticación y cuyo nombre no te suena de nada excepto al
código de alguna pieza de auto, es mejor que la evites. Si estás en un hotel,
café, centro comercial, etc., busca la red que tenga el nombre del sitio. Si la
red está protegida con contraseña y solo ofrece acceso a sus clientes, mucho
mejor.
2.- Desactiva las
opciones para compartir archivos
En casa y en el
trabajo es probable que estés acostumbrado a conectarte en red con otros
equipos, esto permite que otros vean el nombre de tu PC en su lista de
dispositivos conectados y que puedan incluso acceder a los archivos que tienes
almacenados en tu carpeta pública, o en todo tu disco duro, dependiendo de las
opciones que tengas marcadas. Si usas Windows ve al Panel de Control >
Redes e Internet > Centro de redes y recursos compartidos. Desde ahí desactiva
todas las opciones que tengan que ver con compartir archivos en redes públicas.
Desde OS X puedes ir
a las preferencias del sistema y presionar el icono de compartir, desde ahí
puedes desmarcar la casilla de compartir archivos.
3.- Activa la
autenticación en dos pasos
Una de las maneras
más sencillas de proteger todas nuestras cuentas en línea, es activando la verificación
en dos pasos en todos los sitios que la ofrezcan. Con este método tiene una doble
barrera de protección frente a cualquier ataque, no importa si el usuario
malicioso se hace con tu contraseña, seguirá necesitando el segundo paso de
autorización para poder acceder a la cuenta. Cada vez son más los servicios que
ofrecen este tipo de herramientas de seguridad, y aunque pueden resultar algo
fastidiosas en algunos casos, la seguridad extra que ofrecen hacen que valga la
pena usarlas.
4.- Usa un VPN
Al usar un VPN estás
creando una red privada virtual que mantiene todo tu tráfico bajo un manto
extra de seguridad. Mientras navegas, todos los datos que envías y recibes
pasan cifrados entre el servidor del VPN y tu dispositivo. Uno de los favoritos
es Spotflux está disponible
para Windows, Mac, iOS y Android por un precio muy accesible. Además
cuenta con una versión gratuita que ofrece protección de todo tu tráfico web, y
también puedes instalarlo en Google Chrome. Otra excelente opción es Hola Unblocker.
5.- Usa el sentido
común
Intenta en la medida
de lo posible no compartir información extremadamente sensible cuando estás
conectado a una red WiFi pública, si puede esperar un poco, espera a establecer
una conexión segura. No realices transacciones bancarias en línea desde una red
abierta, nunca. No confíes en que tus aplicaciones son seguras, en que tus
conversaciones están cifradas, salvo que ciertas apps ofrezcan cifrado y
conexiones seguras como una característica principal, es probable que pasen
mucha información en texto plano fácil de interceptar.
Nunca marques la
opción de conectarse automáticamente a una red pública, y trata de borrar de tu
lista de redes descubiertas, todas las conexiones abiertas una vez que te
desconectas de ellas. De esta manera evitas que tu dispositivo se conecte solo
a una de éstas redes sin darte tiempo a tomar medidas preventivas.
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